Comentario
Después de la retirada de las Termópilas, las acciones de Filipo, entre los años 351 y 349, estuvieron centradas en el norte del Egeo y afectaron principalmente a los tracios. Los problemas volvieron a surgir, sin embargo, en torno a la Liga Calcidica, donde ya no preocupaba el problema de Anfípolis. Por eso, Olinto, que se erigía en cabeza de la Liga, tendía a dirigir una política independiente bajo la figura de Apolónides, de tendencia democrática y que había recibido la ciudadanía ateniense. Apolónides fue expulsado por los partidarios de la alianza con Macedonia, que había favorecido los asentamientos en territorios arrebatados a los clerucos de Potidea. Un sector importante de la población se veía favorecido por este protectorado, como se demuestra por el hecho de que, incluso después de la derrota, las actividades económicas del ágora de Olinto hayan seguido siendo florecientes. La Liga Calcídica pidió ayuda a Atenas, que llevó a cabo varias intervenciones consideradas inútiles. Desde el ano 350 probablemente empieza Demóstenes en Atenas su intensa actividad política para que la ciudad iniciara una actitud agresiva ante Filipo. Desde su punto de vista, Atenas tenía que atacarlo en su propio terreno. Para Demóstenes, los atenienses no actuaban del modo necesario y siempre será una incógnita si la derrota dependió estrictamente de las condiciones materiales del enfrentamiento bélico o si la situación interna de Atenas representaba objetivamente un obstáculo para la victoria. La ciudad cayó en el año 348 y da la impresión, por lo que puede deducirse de la posterior situación de la ciudad, de que los derrotados fueron principalmente los atenienses y sus colaboradores demócratas del interior.
En el mismo año 349 tuvo lugar una revuelta oligárquica en Eubea contra el tirano Plutarco de Eretria, que era apoyado por Atenas. El hecho de que surgiera en el demos la idea de que era necesario llegar a una negociación con Filipo y de que aquello representara para Atenas la necesidad de dispersar sus fuerzas, ha inducido a pensar en las posibilidades de que estuviera así planeado por Filipo e incluso de que se tratara de una conspiración coordinada con participación interior. El balance fue, sin duda, totalmente negativo para Atenas, pues la Liga Calcícida quedó esclavizada por los macedonios y además tuvieron que reconocer la independencia de Eubea, en 348, bajo la dirección del movimiento rebelde, encabezado por el tirano de Calcis y aquellos a quienes suele atribuirse el calificativo de los mejores.